miércoles, 30 de agosto de 2006

LA ETERNA CAMPAÑA, LA COMPRA DE VOLUNTADES Y EL RESENTIMIENTO

Nos hemos acostumbrado a un Presidente en campaña permanente, tratando de destruir todo lo que no sea él.
Nos hemos acostumbrado a los ataques de histeria en ámbitos donde nadie les puede responder, ni al Presidente ni a su esposa.
Nos hemos acostumbrado a que se puede comprar voluntades de gobernantes provinciales o municipales con el sencillo expediente de manejar la bolsa nacional. A este le doy, a este no le doy. Y los superpoderes y los decretos de necesidad y urgencia son la herramienta apropiada para concretar este sistema.
Nos hemos acostumbrado a que un gobernador patrón de estancia, que apoyó todas las medidas del menemismo, que acompañó en la boleta a Menem numerosas veces, que aplaudió la privatización de Gas del Estado e YPF mediante diputruchos ( ¿ Uds. se habían olvidado?), y que gracias a eso obtuvo más de 500 millones de dólares que nadie sabe donde fueron a parar, hoy hable de ética y principios.
Nos hemos acostumbrado a que un ex convencional constituyente del 94 que aprobó la reforma constitucional, hoy critique el Pacto de Olivos que habilitó esta reforma.
Los radicales debemos hacer autocrítica de las responsabilidades que tuvimos en nuestras gestiones. Lo que no entendemos es porqué el peronismo nunca tiene que hacer ninguna autocrítica, cuando en la Argentina, solo puede gobernar este partido, ya que cuando son opositores impiden que los demás puedan llevar adelante gestión alguna de gobierno, a través del trabajo de sindicatos, grupos empresarios, y empresas periodísticas.
No es cierto que el Presidente no tenga la culpa de los gobiernos corruptos de la década del 90, porque fue partícipe activo.
En otras cuestiones tal vez no tenga la culpa.
Pero los radicales no tenemos la culpa de que algunos correligionarios que los medios llaman radicales K ( o para ser más exactos KK radical) y que ellos prefieren llamarse radicales G, porque son los que gobiernan, o porque son garcas, no se muy bien, estén dispuesto a tragarse todos los sapos del Presidente como se lo vio a Julio Cobos aplaudiendo las barbaridades que este esquizofrénico y epiléctico gobernante profería sin ton ni son ayer en Mendoza.
Tampoco tenemos la culpa que otros crean que una alianza con el Opus Dei nos permitirá salir de esta crisis, cuando esta secta ha sido responsable como cómplice y beneficiaria de todo lo malo que viene pasando en la Argentina desde hace más de 30 años.
En realidad los radicales compartimos una visión de la política y la sociedad que nos diferencia abismalmente de las demás fuerzas políticas, y en especial del justicialismo que privilegia la vocación de poder sobre cualquier principio ético ó moral. Si esto no fuera así, Isabelita, López Rega, Rucci, Lorenzo Miguel, Menem, Moyano, Duhalde o Kirchner no hubieran contado en cada momento con el respaldo unánime del Peronismo.
Nos estamos cansando de estos ataques gratuitos del Presidente, poniendo cara de inocente y diciendo: " No tengo la culpa".
En definitiva los radicales no tenemos la culpa de que su esposa tenga muy buenos amigos radicales ( como Luis Brandoni, por ejemplo), y que a él le moleste.

Ruben Tagliaferri