lunes, 28 de marzo de 2011

La Historia Oficial



No, no voy a hablar de cine, aunque piense que esta película ya la vi.
Voy a hablar de la similitud que tiene este gobierno con el proceso militar, en cuanto al manejo de la opinión pública, tratando siempre de construir una historia que se ajuste a la línea de pensamiento del poder, en lugar de ajustarse a la verdad histórica que no puede soslayarse.
Lo que ocurrió en la década del '70, merece un análisis profundo y objetivo que este gobierno no quiere, ni puede producir. Porque ese análisis debe terminar con unos cuantos asesinos procesados, y ese final, dejaría al gobierno sin unos cuantos funcionarios.
Pero hagamos un poco de historia.
Cuando Perón decidió volver al país, para tratar de completar su proyecto de fascismo a la argentina, encontró la herramienta justa en los jóvenes progresistas de izquierda, dispuestos a arriesgar su vida para defender un proyecto de derecha que se disfrazaba bajo ropajes revolucionarios. Y Perón, gracias a estos “estúpidos imberbes” consiguió que los militares le permitieran volver, y que los grandes grupos económicos lo vieran como el único que podía disciplinar a los terroristas, que supuestamente respondían a sus órdenes. Todos se equivocaron. Perón que pensó que iba a poder usar a estos pichones de criminales sin ningún problema, Los revolucionarios que se creyeron que estaban construyendo la patria socialista junto a un general que era heredero de la impronta y el espíritu del Che, y los grupos económicos que veían con un gobierno de Perón, el regreso de un autoritarismo fascista que domesticaría a los gremios y a los obreros.
Se instaló en el gobierno un enfrentamiento entre el sindicalismo y la tendencia, entre la derecha y la izquierda, y como todas las internas peronistas, se terminaron dilucidando con la ciudadanía como espectadora o rehén de esta pelea. Perón puso en marcha la Triple A para someter a la guerrilla, y el Estado intensificó las amenazas, secuestros, torturas y asesinatos, que en forma incipiente ya había usado este régimen en la primera y segunda presidencia del General, para convertirse luego, con el proceso militar, en una forma permanente de acción frente a los opositores al modelo.
La caída de Isabel, que fue saludada con alivio por toda la ciudadanía, fue la puerta de entrada para que se instalara una dictadura nunca vista en la Argentina, y un exterminio sistemático que detrás traía un proyecto económico que terminaría por vaciar el país, destruyendo la industria y la producción local, y con ello el trabajo y el empleo.
Durante la década del '70, fueron pocos los políticos que tomaron conciencia y asumieron la realidad de lo que estaba ocurriendo. Uno de ellos fue Raúl Alfonsín, quien integró grupos de defensa de los derechos humanos, a partir del año 1977, cuando no era saludable tomar esa posición. Pregúntense los que admiran a otros políticos, donde estaban ellos en ese momento y haciendo que. Pero averigüen la verdad, no lo que cuenta 6,7,8.
Con el retorno de la democracia, se llevó adelante una investigación sobre las violaciones de derechos humanos y un juicio a las juntas, que fue inédita en el mundo. Como resultado de este proceso, fueron condenados todos los militares que gobernaron el país y ordenaron llevar adelante esa política de exterminio. En ese momento, las Fuerzas Armadas tenían todavía mucho poder de fuego, y podían presionar a la civilidad para conseguir algún grado de impunidad. La única manera de evitarlo era con una clase civil unida y defendiendo el sistema. Esto no ocurrió. El peronismo se dedico sistemáticamente a limar el poder del gobierno de transición. Solo debemos recordar los 13 paros generales de la CGT, la misma CGT que no hizo ningún paro al gobierno militar. ( El único fue en marzo de 1982, cuando ya la dictadura estaba en retirada). Con esa situación política y económica era muy difícil mantenerse firme frente a los militares, y terminaron dictándose las leyes de obediencia debida y punto final, destinadas a poner un límite a los procesos judiciales contra los militares. Curiosamente, quienes trabajaron día y noche para reducir el poder del gobierno, e históricamente aliados a las fuerzas armadas, desde el comienzo de la existencia del partido donde militan, fueron los primeros en salir a criticar esas leyes.
Luego Menem, casualmente dirigente del mismo partido ya mencionado, indultó a todos los actores de esa tragedia sangrienta.
Por fín, cuando ya las Fuerzas Armadas no tenían más ningún poder, apareció un oportunista que se apropió de los derechos humanos para utilizarlos como herramienta política, y sin tener en cuenta lo que se había hecho en otras épocas cuando él era amigo de los militares y se enriquecía ejecutando deudores hipotecarios víctimas de Martinez de Hoz, se presentó a si mismo como el gran defensor de los derechos humanos, acompañado en esa mentira con dos ancianas miserables que se vendieron por un plato de lentejas, y algunos cargos para amigos y parientes.
Sin embargo, en toda esta campaña de juicios y reclamos de verdad, y justicia, nunca se planteó que responsabilidad habían tenido los guerrilleros. Montoneros, FAR, FAL, ERP, organizaciones que se dedicaron a matar, secuestrar, torturar, poner bombas y que terminaron gozando de una situación extraordinaria, porque no solo no fueron juzgados, sino que hoy son funcionarios del gobierno, con auto, chofer, oficina y sobre todo una total impunidad.
Frente a la historia oficial que han construido los kirchneristas, amparados en vomitivos espacios de propaganda como 6,7,8 que pagamos entre todos, resulta oportuno repasar otras opiniones, de gente muy cercana a estos criminales y que tratando de aportar algo para el futuro, contaron con pelos y señales como pensaban y actuaban los Montoneros, detalle que resulta perfectamente aplicable al gobierno y sus integrantes. La violencia, el apriete, el considerar al adversario político como enemigo, la preocupación por amordazar las voces discordantes, son herramientas que utilizaron estos mismos personajes en el '70, junto al método de captación de jóvenes que en aquella época utilizaron para salir a matar y poner bombas, y que hoy Dios sabe con que intenciones los reúnen.
Como estos libros son difíciles de conseguir, y el gobierno no los va a reimprimir ni a mencionar, les dejo el enlace para que bajen y lean “ Montoneros, la soberbia armada “ de Pablo Giussani. Se los recomiendo. Debieran verles la cara a estos pichones de asesinos, cuando uno les menciona algo de lo que Giussani escribió en esa obra. Se ponen pálidos, se les quiebra la voz y huyen despavoridos. El efecto que les hace el ajo a los vampiros. Esa es la sensación. No pueden ni discutir lo que allí se ha publicado. Ellos saben que es todo cierto.
En fin les dejo el enlace, y espero que lo disfruten.



Ruben Tagliaferri